El cáncer cervicouterino se produce por un crecimiento anormal de las células del cuello de útero causado por algunos tipos de VPH (Virus de Papiloma Humano). El VPH es un virus muy común que afecta tanto a varones como a mujeres y se transmite por contacto sexual.
Se estima que 8 de cada 10 personas lo tendrán en algún momento de sus vidas. En la mayoría de los casos, el virus desaparece sin causar síntomas. Sólo en una pequeña proporción, (alrededor del 5% de los casos), este virus provoca lesiones (malformaciones en las células) que con el tiempo pueden convertirse en cáncer.
El tiempo estimado, desde que se produce una lesión hasta que se desarrolla un cáncer en el cuello del útero, es entre 10 y 20 años. Por este motivo el cáncer de cuello de útero es una enfermedad altamente prevenible si se detecta y se trata a tiempo.
Las principales medidas de prevención incluyen la vacunación contra el VPH, el chequeo regular y hábitos saludables. Estas acciones pueden reducir significativamente la incidencia del cáncer de cuello uterino.
La prevención del cáncer de cuello uterino se basa en varias estrategias clave:
1. Vacunación contra el VPH (Virus del Papiloma Humano): El VPH es la principal causa del cáncer de cuello uterino. Las vacunas contra el VPH protegen contra los tipos más peligrosos del virus. Se recomienda la vacunación a niñas y niños antes de la exposición al virus, generalmente entre los 9 y 14 años.
2. Pruebas de Papanicolaou (PAP) y pruebas de VPH: El cribado regular mediante estas pruebas puede detectar cambios precancerosos en las células del cuello uterino antes de que se conviertan en cáncer. Las mujeres deben comenzar a hacerse las pruebas de PAP a partir de los 21 años o según las recomendaciones de su médico.
3. Practicar sexo seguro: El uso de preservativos y la reducción del número de parejas sexuales puede disminuir el riesgo de contagio de VPH y otras infecciones de transmisión sexual que están relacionadas con el cáncer cervical.
4. No fumar: El tabaco afecta la capacidad del cuerpo para combatir las infecciones, incluido el VPH. Dejar de fumar reduce el riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino.
5. Control y seguimiento médico: Si se detectan anomalías en las pruebas de PAP, es fundamental seguir las recomendaciones médicas para el tratamiento y seguimiento. En algunos casos, las lesiones precancerosas pueden tratarse antes de que se conviertan en cáncer.
