A siete meses de su inauguración el Mercado Municipal se convirtió en un sitio de encuentro entre productores y artesanos con el fin de potenciar la economía local y turística.Tras 29 años en estado de abandono, el intendente Javier Noguera encabezó un proyecto para revalorizar el edificio ubicado en San Martín y Uttinger, y devolverle el esplendor de su época dorada.
La obra contempló la construcción de 3.500 metros cuadrados cubiertos donde se instalaron 75 locales comerciales para la venta de frutas, verduras, pescados, carnes y comida al paso. El nuevo edificio brinda múltiples propuestas gastronómicas, desde pastelería, cervecerías, comidas al paso y regionales como tamales y humita.
También se puede adquirir los productos de la línea láctea ‘La Remolona’ elaborados en el Complejo Ecoproductivo Municipal. Los locales del Ala Este fueron destinados a comerciantes de la ciudad y a los artesanos y emprendedores taficeños inscriptos en el Padrón Municipal.
El diseño fue inspirado en el mercado europeo de Sorrento, Italia, famoso por la producción de limoncello, un licor hecho a base de cortezas de limón, alcohol, agua y azúcar. La arquitectura sustentable está presente en el Mercado Municipal como parte de las políticas públicas implementadas para el cuidado del medio ambiente.
En su construcción se incorporaron materiales reciclables como ecoladrillos fabricados con cenizas de ingenios y perlita de polietileno expandido; paneles solares foltovoltaicos en el 50 % de su superficie que fomentan la eficiencia en el uso de la energía y un sistema de recuperación de aguas de lluvia destinada a la limpieza del edificio.
En cuanto a la decoración existen detalles únicos fabricados especialmente como el gran reloj electrónico ubicado en la entrada principal que es único en Sudamérica y las flores de azahares que se disponen en la cubierta vidriada del techo y funcionan como parasoles. Poseen un sistema de apertura manejado por un motor y según el momento del día cambian su coloración por la ubicación del sol.
