
Hoy es domingo de Pascua, la cual conmemora la muerte y resurrección de Jesús, el hijo de Dios, un hecho que representa el eje central del cristianismo. La palabra proviene del término pésaj, del hebreo antiguo, y significa “paso” o “transformación”.
La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos, y se extiende hasta este día, en el que se celebra la resurrección de Jesucristo, el Mesías. Es sinónimo de alegría, luz y esperanza entre los fieles católicos. Se rinden honores al sacrificio de Jesucristo como salvador de la humanidad y se recuerda su mensaje de unión para los hombres.
En las iglesias, se realiza la eucaristía de Pascua, se enciende el cirio pascual, que viene a representar la luz de Jesús resucitado, y que se mantiene encendido todo el día, simboliza, a su vez, la ascensión de Jesucristo a los cielos.
Para muchos esta Resurrección conlleva un significado: el de salir del propio sepulcro y seguir una luz que representa estar atento a la vida del otro, escuchar sus necesidades y asistirlo, diferenciar lo esencial de lo accesorio. A su vez, involucrarse en lo que sea que se pueda ayudar, perder el miedo y romper con el egoísmo y abrirse al diálogo sincero.
Según las Sagradas Escrituras, con la Pascua Dios da a los cristianos la esperanza por la resurrección y por una nueva forma de vida, representada en el regreso de Cristo de entre los muertos, con ella inicia un período conocido como Tiempo Pascual, que dura cincuenta días, y que finaliza el Domingo de Pentecostés.