El período de cuarentena y el cambio de estación hacen propicio el armado de una huerta en casa. No hace falta disponer de un gran espacio, puede servir una terraza o un pedazo muy pequeño de tierra. El departamento de Ecología ofrece una serie de recomendaciones para el armado de una huerta y así crear actividades sin salir de casa. 

Una de los puntos que se debe tener en cuenta es la semilla. La semillas de tamaño pequeño son más delicadas por lo que deben tener cuidados especiales hasta colocarlas en el lugar definitivo: se siembran en almácigo. Los recipientes para los  almácigos pueden hacerse reutilizando materiales como bandejas de huevos, botellas de plástico, cajas tetrapack, cajones de verdura, entre otras. Hay que agujerearlos en el fondo para que el agua drene y no se produzcan hongos que le hagan daño a los plantines.

La ubicación de la huerta es muy importante. Hay que buscar un lugar al que le dé como mínimo 6 horas de sol, buen drenaje y buena circulación de aire, para evitar que las altas temperaturas y la humedad atraigan las plagas. A su vez, deberá ser plano, para evitar la erosión del suelo y el lavado de las semillas.

Una vez elegido el lugar, se selecciona la medida que tendrán los canteros de la huerta, se recomienda un ancho máximo de 120 cm y dejando pasillos de 50 cm para poder circular y regar.

Cada semilla tiene su profundidad de siembra. Las grandes deben introducirse en la tierra a más profundidad, mientras que las pequeñas al ras del suelo. Por lo general la profundidad de siembra es 2 o 3 veces el tamaño de las semillas.

Cada semilla tiene un tiempo de germinación diferente. Algunas germinan a los 7 días y otras demoran hasta 20 días. Para una germinación más rápida se pueden poner las semillas en agua 24 horas antes de sembrarlas. Hay que procurar mantener el suelo siempre húmedo pero no encharcado, pues las raíces se pudrirían y evitar que se seque, pues las plántulas mueren con facilidad por falta de agua. Para los almacigos lo ideal es utilizar un pulverizador con agua y regar poco a poco, para poder controlar la cantidad de agua que cae en ellos.

La huerta necesita un buen trabajo de tierra y además debe respetar tres principios fundamentales: Asociación de plantas, abonos orgánicos y rotación adecuada.